0
0
Texto por Joselim Jandeth
Galería por Omar Veoz, Andres Mota, Brenda Fernández y Viridiana Martínez
Nunca más, es una consigna que lleva con nosotres mucho tiempo: Ayotzinapa, San Fernando, Tlayaya, los miles de desaparecidos y desaparecidas, las víctimas de feminicidio y transfeminicidio y, ahora, Teuchitlán. Más que una consigna es un constante recordatorio para no olvidar.
El 5 de marzo el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco encontró tres crematorios clandestinos y un campo de adiestramiento presuntamente perteneciente al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en el rancho Izaguirre ubicado en Estanzuela en el municipio de Teuchitlán, Jalisco. En este sitio también se localizaron restos óseos, así como ropa, zapatos, mochilas, maletas, identificaciones, cartas, entre otros.
Este lugar permaneció bajo el resguardo de la Fiscalía del Estado de Jalisco desde septiembre de 2024 cuando se realizó un operativo a cargo de la Guardia Nacional, quienes localizaron el sitio y lograron la liberación de 10 personas. Por lo que, este hallazgo demuestra la negligencia y una deuda del Estado Mexicano para con las familias de personas desaparecidas y los colectivos de madres y padres buscadoras, quienes se han encargado de realizar las búsquedas y recuperación de sus seres queridos.
El gobierno no ha fincado responsabilidades de resguardo y mucho menos de la investigación sobre el sitio. Al contrario, se han tratado de apropiar y politizar con el dolor de las familias. Además, en esta semana se encontraron otros dos campos de exterminio en Reynosa Tamaulipas y, nuevamente, son los colectivos de madres y padres buscadores quienes los encontraron. Durante la semana, se han recuperado y logrado realizar una lista sobre las prendas halladas y, se han revelado algunos testimonios de personas sobrevivientes que estuvieron en este sitio, la información recopilada mostró el modus operandi del reclutamiento del crimen organizado relacionado a falsas propuestas de trabajo.
La indignación y el sentir de la sociedad llegó a comparar la situación con Auschwitz y el holocausto judío. Sin embargo, no es Auschwitz, es la realidad mexicana que llevamos más de veinte años viviendo entre fosas clandestinas. Oscar Misael Hernández menciona en su artículo Campos de exterminio: Lecciones desde Teuchitlán y Reynosa lo siguiente: «hoy en día se vive una época de posfacismo, en la que los enemigos no son los judíos, sino los migrantes, las mujeres y jóvenes vulnerables; donde los campos de concentración ahora se llaman centros de detención, casas de seguridad, en donde la degradación humana se da a través del enjaulamiento, la separación familiar, la tortura, la muerte al cruzar la frontera México-Estados Unidos o al desaparecer en fronteras mexicanas y aparecer en campos de exterminio o fosas clandestinas».
Ante el clima de desprestigio, de negación y de revictimización por parte del Estado Mexicano, el Fiscal General de la República Alejandro Gertz Manero y de la presidenta de la República Claudia Sheinbaum, el colectivo “Huellas por la Memoria y la Red de Familias Migrantes” lanzaron una convocatoria para realizar una vigilia y Luto Nacional el día sábado 15 de marzo a las 17 hrs en distintas plazas del país e invitaron a la población a llevar velas y zapatos haciendo alusión a los encontrados en Teuchitlán. Hasta ahora se han sumado 23 convocatorias en las que se participan ciudades como Aguascalientes, Michoacán, Chihuahua. Guadalajara, Monterrey, Puebla, Coahuila, entre otros. Y el domingo 16 de marzo seguirán otras ciudades como Durango, León, Guanajuato; Cd. Nezahualcóyotl, Estado de México y Teuchitlán, Jalisco.
La agenda de la vigilia del Zócalo de la Ciudad de México compartida a través de redes por Huellas en la Memoria, tuvo tres momentos de desarrollo: la colocación de velas y zapatos, lectura del comunicado por parte de las familias y un acto ecuménico a cargo del Eje de Iglesias Brigada Nacional de Búsquedas. Desde muy temprano las familias de víctimas de desaparición se reunieron para realizar una réplica del rancho Izaguirre en Teuchitlán en la plancha del zócalo y, a partir de las 16 hrs., empezaron a colocar las velas y los zapatos frente a Palacio Nacional.
Durante la lectura, padres y madres víctimas de desapariciones exigieron al gobierno mexicano y a la presidenta Claudia Sheinbaum que asuman la responsabilidad y la deuda que tiene con ellos y que es necesario reconocer la crisis de desaparición en nuestro país. Entre los puntos más importantes se encuentra: el reconocimiento de la desaparición de más de 120 mil personas, así también como el reconocimiento y apoyo hacia el trabajo colectivo de las familias buscadoras, la identificación y entrega digna de los restos de las personas localizadas, entre otros. “El país está sumergido en una inocultable crisis humanitaria. México está de luto. Por eso necesitamos de su sensibilidad y voluntad política. Pero no nos pida, ni a nosotras las familias de las y los desaparecidos ni al pueblo en general, que en nombre de la defensa de la patria guardemos silencio, olvidemos a nuestros desaparecidos, dejemos de buscarlos y menos aún de exigir justicia”. También agradecieron la valentía y el trabajo de los compañeros de la colectiva Guerreros Buscadores de Jalisco por visibilizar la labor de las familias buscadoras y los sitios como el campo de exterminio y reclutamiento en Teuchitlán.
Por último, Silvia L. Gil al final de su artículo Cuando el horror vuelve a salir a la luz 15 de marzo en México: Luto Nacional se pregunta “¿Cómo sostener nuestra contención ética contra la guerra que se despliega contra la vida”? Le respondería que no sólo es una contención ética sino es una contención a través de la corporalidad, es decir, seguir acuerpando y acompañando a las familias desde el sentir, la indignación y seguir pronunciando, NUNCA MÁS para seguir apostando por la vida.
¿Por qué los buscamos? ¡Por qué los amamos!
¿Hasta cuándo? ¡Hasta encontrarles!
