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Cobertura por Omar Veoz
El día de hoy, mujeres trans, trabajadoras sexuales, personas LGBT+ y aliades solidaries se reunieron frente a los edificios del Poder Judicial de la Ciudad de México para manifestar su apoyo a Natalia Lane, una activista y defensora de los derechos humanos, quien hace tres años sufrió un ataque transfeminicida con un arma blanca en un hotel de la capital por parte de Alejandro «N».
Natalia ha señalado que, a pesar de la gravedad de la agresión, en estos tres años no se ha avanzado significativamente en el proceso judicial contra su agresor. No se ha realizado el juicio oral ni se ha dictado una sentencia, lo que refleja un patrón preocupante de retrasos e ineficiencia en los casos relacionados con violencia de género y transfeminicidio en México. Por si fuera poco, Natalia ha denunciado que ha sido víctima de revictimización institucional, recibiendo maltrato de las autoridades, y que ha enfrentado acoso e intimidación por parte del abogado defensor de Alejandro «N».
El caso de Natalia no es un hecho aislado, sino que ocurre en un contexto de profunda crisis de violencia contra las mujeres trans en el país. Según datos de organizaciones civiles, solo en 2024, alrededor de 60 mujeres trans fueron asesinadas en México, una cifra alarmante que evidencia la urgencia de atender esta problemática. Sin embargo, lejos de garantizar justicia, las autoridades a menudo perpetúan la impunidad. Este es el caso de la jueza del décimo distrito, Ruby Celia Castellanos, quien recientemente aprobó la modificación de la medida cautelar que permitiría la posible liberación de Alejandro «N». Para Natalia y sus compañeras, esta decisión no solo simboliza un acto de negligencia judicial, sino también una amenaza directa contra su vida e integridad.
Durante la protesta, lxs manifestantes no solo exigieron justicia para Natalia, sino que también honraron la memoria de otras víctimas de transfeminicidio. Se realizaron lecturas de nombres, discursos y consignas en las que se subrayó la inoperancia de las instituciones para garantizar seguridad y justicia para las personas trans. Además, se reiteró que la movilización constante es una herramienta necesaria para visibilizar la violencia sistemática que enfrentan, aunque sea un recurso desgastante y peligroso por la criminalización que ejerce el gobierno a quienes buscan justicia.
La manifestación estuvo marcada por momentos de tensión. En el lugar se presentaron familiares de Alejandro «N», quienes llegaron acompañados del «Colectivo Nacional por los Presos Inocentes». Este grupo afirmó que Alejandro es inocente y acusó a Natalia de ser una delincuente y de fabricar pruebas en su contra. Además, se escucharon comentarios transfóbicos dirigidos a lxs manifestantes, lo que incrementó el nivel de hostilidad.
Al finalizar la protesta, elementos del grupo Zorros de la Secretaría de Seguridad Ciudadana acudieron al lugar para «resguardar» el edificio del Poder Judicial y dispersar a las personas presentes. Aunque la protesta culminó sin enfrentamientos graves, quedó claro que la lucha por justicia para Natalia y otras víctimas de transfeminicidio está lejos de terminar.
