
En un acto cargado de emoción y exigencias de justicia, colectividades, familiares y amistades de Karla Patricia Cortes Cervantes se manifestaron frente a las oficinas de Uber en México. La movilización inició en el Ángel de la Independencia y recorrió las calles principales de la ciudad.
Con pancartas en alto y gritos que exigían “justicia para Karla”, el contingente logró captar la atención de peatones y automovilistas. Lxs participantes se encargaron de informar a quienes se acercaban sobre las razones de su movilización. La indignación colectiva surgía de un hecho devastador: el feminicidio del cual fue víctima Karla, quien era conductora de la aplicación.



Un reclamo directo y visible
El clímax de la protesta se vivió frente a las oficinas de Uber, donde los manifestantes expresaron su descontento ejerciendo su legitimo derecho a la manifestación mediante acción directa. Las fachadas del edificio fueron intervenidas con mensajes que buscaban recordar a la compañía que hay una deuda pendiente con Karla y su familia. Entre los asistentes se encontraba Brisa, hija de Karla, quien lideró los reclamos con una mezcla de dolor y determinación.
Brisa compartió que su madre había reportado sentirse en peligro antes de ser atacada, pero según ella, la plataforma no tomó medidas para garantizar su seguridad. Este descuido, denuncian los familiares, refleja una falla grave en las políticas de protección de la empresa hacia sus conductores.



“Le pongo estas cumbias sonideras, para recordarte mamá, porque a ella siempre le gustaba esta música. Siempre que llevaba un viaje las ponía y trataba de que fuera ameno para sus pasajeros”, dijo Brisa al final de la movilización, mientras se escuchaban los acordes de canciones que solía escuchar Karla.
El silencio de Uber y la demanda de acción
Hasta ahora, la única respuesta de Uber fue un comunicado emitido el pasado 4 de enero, donde aseguraron estar colaborando con las autoridades en la investigación del caso. Sin embargo, los manifestantes consideran insuficiente esta postura. “No basta con palabras vacías; necesitamos acciones concretas. Queremos que Uber se haga responsable y que cambie las condiciones de seguridad para las conductoras”, exigió Brisa.



El impacto de la protesta
La manifestación no solo buscó justicia para Karla, sino también generar conciencia sobre los riesgos que enfrentan las mujeres conductoras en plataformas de transporte privado. Activistas y organizaciones sociales también se sumaron al reclamo, destacando la necesidad de que estas empresas implementen protocolos de seguridad más estrictos.



Por ahora, el caso de Karla Patricia Cortes Cervantes sigue abierto y su familia no descansará hasta obtener justicia. La imagen de Brisa, alzando una pancarta mientras suenan las cumbias preferidas de su madre, es un recordatorio de que este movimiento no se detendrá hasta que se garantice que ningúnx conductorx vuelva a enfrentar una tragedia similar.


