
Cobertura por Omar Veoz y Joselim Jandeth
El pasado 4 de abril fue asesinada Sara Millerey en la localidad de Bello perteneciente al departamento de Antioquía en Colombia. La noticia del transfeminicidio trascendió las fronteras y la indignación conmocionó al mundo. Sin embargo, esta indignación se convirtió en un espectáculo de la violencia a través de la difusión y viralización del material donde se evidenciaba la violencia que era ejercida hacia Sara y la posterior “romantización” de algunas imágenes de ese video con ayuda de la IA al utilizar las plantillas estilo Ghibli para “mostrar” su indignación ante el transfeminicidio de Sara. Además, la Alcadía de Bello ha sido criticada por el uso del Dead name de Sara en comunicados oficiales contribuyendo a las acciones revictimizantes y que muestran la falta de empatía que existe hacia las personas disidentes sexuales y, en especial, a la comunidad Trans.


En Colombia se tiene contabilizado en lo que va del 2025 un total de 13 asesinatos de personas Trans.
En México, se convocó el domingo 13 de abril a una Acción Directa en la Embajada de Colombia por parte de Transyfugas y Clan Mariposas Negras, así como otras Colectivas Trans y No Binarixs. El punto de reunión fue en Paseo de la Reforma 412, un edificio parte del Corporativo Reforma Diana, puesto que la Embajada Colombiana se encuentra en el piso 19.


Antes de iniciar la acción directa, Razzia Santillán mencionó que “La muerte de una mujer trans, una muerte premeditada e inenarrable, es un síntoma más del fascismo recalcitrante de esta época y que haya conmocionado a todo un grupo de personas, no suele suceder. No es la primera vez que asesinan de una manera cruenta a una mujer trans. Pasa muy frecuentemente a un nivel inconmensurable […] a nadie le importan las vidas trans, nadie las archiva, nadie las historiza y nadie habla de las muertes, de los transfeminicidios. […] Aquí deberíamos de estar cinco mil personas no solamente de la comunidad LGBT+, aquí debería estar quién sea que le interpelen que asesinen a una persona, a una existencia, a quién sea y ¿cuántas somos? Veinte, treinta […] Las mujeres Trans somos de lo último, lo más valioso, de lo último valioso de lo que hay en este puto mundo, así como Palestina, como ese pueblo que está siendo arrasado todavía el día de hoy y televisado, esgrimeado, y que está siendo arrasado el pueblo llamado de las Mujeres Trans”.
Posteriormente, se inició la acción directa a través de pintas en la entrada del edificio: “Justicia para Sara”, “Colombia Transfeminicida”, “Ni Cis, Ni Trans, Ni una muerta más”, “Sara vive” y paste up mientras personas de la comunidad LGBT+, personas Trans y personas solidarias acompañaban con pancartas que decían “La Transfobia mata”, “El mundo Cis Het celebra nuestras muertes”, “Ser Trans no debería ser una sentencia de muerte” y “El genocidio Trans y el de Palestina son ejecutados por el mismo asesino colonial”.


Una hora después del inicio de la acción directa llegaron al lugar elementos de SSC-CDMX pertenecientes a los agrupamientos Ciclón, Zorros y Guerreros a amedrentar a les manifestantes para alejarlos de la fachada a través de golpes y empujones, así como el intento de encapsulamiento a todes les participantes e incluyendo a la prensa que se encontraba cubriendo la manifestación. Hubo agresión por parte de uno de los policías hacia Razzia Santillán e incluso le fue robado parte del equipo que utilizó durante el micrófono abierto que inauguró la acción directa.


Posteriormente, les manifestantes marcharon hacia el Ángel de la Independencia mientras gritaban algunas consignas como “Si Sara viviera con nosotres estuviera”, “Ni Cis Ni Trans, ni una asesinada más”, “Sara Vive, la lucha sigue”, “Sara escucha, estamos en tu lucha”, “Las vidas Trans, importan”, entre otras. A la llegada les manifestantes se cruzaron con la protesta Pro-Palestina y corearon algunas consignas en apoyo al pueblo Palestino. Se realizó una ronda de Vogue Femme, Slam poético y micrófono abierto en Memoria de Sara Millerey, se mencionó la importancia de ocupar el espacio público porque también son los espacios de las Mujeres Trans.

Mientras se realizaba el ball de vogue femme, Razzia Santillán volvió a pedir el micrófono para informar que una persona trans falleció en el hospital en Ticomán y habían negado su identidad. “En este momento murió, se los pongo en la mesa en el contexto que estamos viviendo. La situación de genocidio, de un genocido hacia las mujeres Trans y personas Trans, los cuerpos y pueblos indeseado, […] que una mujer trans murió en el hospital, en Ticomán y ni siquiera pueden reconocer el cuerpo. Fue clasificada como masculino, le clasificaron […] Nunca quisieron a la compañera, nadie la ha ido a ver del gobierno. Ahora tenemos que ir todas las colectivas a reconocer el cuerpo, un cuerpo que fue registrado como masculino. Sea dicho de paso, Karla, una trabajadora sexual histórica, de las grandes, también hoy murió el día de hoy en un hospital. Era muy importante rememorar estas vidas porque las vidas Trans importan”.
En el micrófono abierto, la familia de Nimai, Yudhisthir Piña Villaruel a nombre del Frente de familias “Luciérnagas” le extendieron su pésame por el asesinato de Sara y exigió a las autoridades de Colombia: al Presidente Gustavo Petro, al gobernador de Antoquia y a la Alcadesa de Bello, una investigación digna con perspectiva de género para darle justicia a Sara. “Les decimos que les acompañamos en su dolor, sobre todo, les acompañamos en su rabia, en su digna rabia. Los acompañamos en su exigencia de justicia, en la exigencia al gobierno de Colombia, a Gustavo Petro, al gobernador de Antoquia, a la Alcadesa de Bello. Les exigimos una investigación a fondo, una investigación con perspectiva de género, una investigación que llegue a las últimas consecuencias, una investigación digna para sus familias y un trato digno para su familia. Eso es lo que les exigimos desde este espacio que es para nosotros el Frente de Familias “Luciérnagas”, nosotros otra vez, les manifiesto, los abrazamos como familia, como familia de Sara y los acompañamos en su exigencia de justicia”.
Para finalizar, quisiera citar a Mikaehla Drullard, travesti negra, que en su apartado ‘No quiero visibilidad, quiero una vida vivible” —que es una reflexión sobre su experiencia como travesti negra, cimarrona de género ante el día de la visibilidad trans— perteneciente a su libro ‘El feminismo ya fue’ menciona lo siguiente: “Los asesinatos, la necropolítica contra el cuerpo trans, la precariedad, los horizontes de muertes transfóbica y racistas no desaparecen apareciendo en Netflix y con el reconocimiento una vez al año de una Secretaria de gobierno que cuela una bandera trans en marzo, diciendo que apoyan a las personas trans, en un país como México [y yo agregaría a Colombia y Brasil] que es mortal, principalmente para las mujeres trans racializadas y putas […] Mi sueño es no es tener más visibilidad, quiero vivir mucho más y no sentir miedo de que eso no suceda. Este día no quiero ser visible, quiero la muerte de la transfobia, del capitalismo y toda la modernidad que hace de este mundo un gran error”.
¡Las vidas Trans, importan!, ¡Ni Cis, Ni Trans, Ni una asesinada más!, ¡Justicia para Sara Millerey!