
Cobertura por Brenda L.H.Fernández/ @el.ojo.subversivo
Ayer, en el Día Internacional de la Mujer, más de 170,000 mujeres salieron a marchar para visibilizar las violencias estructurales y patriarcales que enfrentan a diario en todos los espacios que habitan.






Durante la marcha, se escucharon consignas y se realizaron actos artísticos como baile, canto y performance. Esta vez, no hubo miles de policías mujeres intentando reprimir a las manifestantes durante el recorrido, sin embargo, al llegar a la explanada del Zócalo Capitalino, y después de un breve descanso en el que las participantes intercambiaron palabras y compartieron sus dolores, los policías, que se encontraban detrás de las vallas que protegen la Catedral Metropolitana y el Palacio Nacional, comenzaron a rociar gas lacrimógeno a las mujeres e infancias que seguían participando en la protesta intentando derribar las vallas de metal colocadas como protección de estos lugares. En México, el Gobierno protege más a las paredes que a las mujeres.






De acuerdo con la Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH), entre enero de 2018 y el 25 de noviembre de 2024, 2,322 mujeres y niñas desaparecieron, lo que representa casi el 40% de las desapariciones registradas en la región.
«No llegamos todas”






